Y es que no fue desmerecida la gran acogida con la que se recibió a Milladoiro en Las Casas Grandes.
Personalmente nunca había escuchado su música, y quedé gratamente impresionado con su jovialidad tocando, sus instrumentos y sus melodías. Pero quizás la impresión no fue sólo por el grupo. Quizás el lugar, el Palmeral de las Casas Grandes, con su magia, sea aquello que logró hacernos pasar casi dos horas con la boca abierta a mis amigos y a mí. Quizás sea el aire fresquico (o no tanto) que pasa por allí saludándonos. Quizás sean las palmeras con colores, quizás sea el Chambi o la rica comida casera que nos podemos tomar allí, pero quizás sea la gente. La gente del Grupo Folklórico Ciudad de Cartagena que son los que año tras año luchan por hacer esto posible, y que con su duro trabajo y sudor, consiguen levantarlo y hacer que ese fresco exista, que ese lugar brille y sobre todo, que todos disfrutemos de una velada única e irrepetible.
¿Estais dispuestos a repetir con nosotros el año que viene? Estoy seguro que todos los que estuvieron en las Casas Grandes lo harán. Para el próximo año pondremos algunas sillas más por si os queréis arrimar... el viento, las palmeras y la buena música, volverá a revestir el lugar de las Casas Grandes para todo el que se quiera acercar.
El festival continuará el año que viene.Un abrazo desde un cartagenero-palmesano, y viva el folklore!
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